De cáncer, ruina y sanidad privada

Si hay algo peor que un diagnóstico de cáncer es un diagnóstico de cáncer en un país sin sanidad universal ni gratuita.

Shine McShine
3 min readMay 14, 2021

Una de las peores cosas que nos puede ocurrir a lo largo de nuestra vida esrecibir un diagnóstico de cáncer. Pero si hay algo peor es ser diagnosticados de cáncer en un país sin sanidad universal ni gratuita.

El caso de Estados Unidos es único en el mundo: sin sanidad universal, la mayoría de la población debe procurarse un seguro privado de salud. Pese a esto, el gasto público en salud es uno de los más altos del mundo. La sanidad “pública” comprende, fundamentalmente, dos modelos: Medicare y Medicaid, el primero destinado a mayores de 65 años (y otros enfermos como pacientes con fallo renal terminal), el segundo está destinado a las rentas más bajas. Entre ambos cubren apenas al 35% de la población.

Pero incluso así, no es suficiente. Medicare, que engloba a un 20% de la población del país, solo cubre, de media, la mitad de los gastos médicos de los pacientes (la otra mitad la deben pagar ellos “out of pocket”).

Alrededor del 10% de estadounidenses no tiene seguro médico.

De este tema se ha hablado largo y tendido y estoy seguro de que hay mil artículos que lo pueden contar mejor que yo. Pero hoy voy a hablar de qué ocurre en un caso concreto: los pacientes de cáncer.

Y es que el tratamiento de esta enfermedad no es precisamente barato.

Muchos seguros, de hecho, tienen un tope de gastos a cubrir, a partir de lo cual es el paciente quien debe hacerse cargo de las facturas. Y esto, para muchas personas, solo puede significar la ruina. En 2018 un estudio del American Journal of Medicine descubrió que el 42,4% de los nuevos enfermos de cáncer perdían todos sus ahorros en los 2 primeros años de tratamiento:

(Recordemos que en Estados Unidos los ahorros de tu vida incluyen, en muchos casos, la pensión de jubilación).

Además de perder todos los ahorros, otro metaestudio descubrió que, entre los supervivientes, el 33% acababa incurriendo en deudas médicas, y el 3% acababa en bancarrota. De los que se endeudaban, un 13% incurría en deudas superiores a los $50.000. Ah, por cierto, la inmensa mayoría (85%) de los sujetos del estudio tenía seguro médico privado.

El estrés financiero, además, supone un riesgo de muerte añadido para estos pacientes de cáncer. Este otro estudio determinó que aquellos enfermos que se declaraban en bancarrota tenían un riesgo de morir 1,79 veces superior a los que no.

En una sociedad donde la sanidad no es universal, ni entéramente pública, ni gratuita para el paciente un diagnóstico de este tipo significa, en gran parte de los casos, la ruina económica y el endeudamiento por decenas de miles de dólares.

Y no es que el cáncer sea una enfermedad rara, precisamente. Se estima que, a lo largo de su vida, 1 de cada 2 hombres y 1 de cada 3 mujeres estadounidenses serán diagnosticados de cáncer:

Cuando vengan a venderos las bondades de la sanidad privada, cuando os digan que con lo que pagamos en impuestos podríamos contratar un seguro privado, recordad esto.

Recordad lo que está en juego.

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