Peak Sand
Una historia de petróleo, arena y piratas.
El el último año el precio de la energía se ha disparado. Aunque la situación de la invasión rusa de Ucrania explica en parte el alza reciente de los precios, lo cierto es que este aumento también se ha producido en países independientes del gas ruso, como EEUU. ¿Qué está pasado?
Estados Unidos es el principal productor de petróleo del mundo. Desde 2014 las prospecciones se incrementaron de forma notable, y en 2019 el país se había convertido en un exportador neto de gas natural y crudo por primera vez desde 1953.
Este hecho, unido a la declaración de las intenciones por parte de los países de la OPEP de recuperar cuota de mercado provocó que el precio del barril bajara sensiblemente a nivel mundial. Pero esto se tradujo en un menores beneficios, lo que provocó cientos de bancarrotas.
Entre 2014 y 2022, 600 empresas del sector se declararon en bancarrota, dejando tras de sí una deuda combinada de más de 321.000 millones de dólares. La puntilla la puso la pandemia de coronavirus y el confinamiento a nivel planetario. En los ocho primeros meses de 2020, con el barril de Texas alcanzando precios negativos, decenas de empresas echaron el cierre:
Ante la espantada de inversores las compañías petrolíferas viraron su estrategia y priorizaron el reparto de dividendos y el stock buyback a la exploración de nuevas prospecciones, lo que se tradujo en un ralentizamiento de la recuperación. De hecho, a día de hoy, a pesar de un aumento en las perforaciones, las plataformas de extracción operan al 60% de los valores de 2019:
A pesar de un aumento del 70% en el precio del petróleo en el último año, la producción en el país se incrementó únicamente un 6%.
Pero, si el precio del crudo no ha dejado de aumentar, ¿por qué las compañías petrolíferas no han pisado el acelerador? ¿Qué es lo que las está frenando? Y aquí, muchachada, es cuando la historia se vuelve bizarra. Porque la razón es la ARENA.
Sí, habéis leído bien: la arena.
¿Que tiene que ver la arena en todo esto? Bueno, lo primero que hay que saber es que la mayoría de los combustibles fósiles que produce EEUU se extraen mediante fractura hidráulica, lo que se conoce como ‘fracking’. Cerca del 70% del gas natural y del 65% del petróleo que se produce en el país se extrae mediante esta técnica. Y para su extracción se requiere la inyección de arena, mezclada con agua y otros productos químicos.
Pero no es una arena cualquiera como la de la playa, no. La arena que se usa en el fracking (frac sand) es una arena especial, pequeña y redonda y rica en sílice. Pues bien, desde el año pasado el precio de la arena para fracking se ha triplicado:
Esto ha hecho que aumentar el fracking sea mucho más costoso. Símplemente, no hay suficiente arena para cubrir la demanda.
Y es que, lo creáis o no, los científicos llevan años advirtiendo de un desabastecimiento de arena a nivel global.
La arena es el recurso natural más consumido a nivel mundial después del agua. Se utiliza para muchos fines, desde la fabricación de cemento hasta la elaboración de microchips. Las arenas que se usan para estos fines son arenas especiales, no vale cualquier tipo.
Pero su extracción implica serios problemas medioambientales, desde la desecación de aquíferos hasta la desaparición de islas. Y para empeorar las cosas, hay un grave problema con los piratas. Sí, como leéis, PIRATAS.
Porque, a causa del aumento en la demanda de este recurso natural, han aumentado las bandas criminales de piratas de arena que se dedican a la extracción ilegal de esta materia prima:
La extracción ilegal de arena está resultando en la destrucción de ecosistemas y la desaparición de docenas de islas. Y lo peor es que el panorama no pinta bien, ya que se calcula que en las próximas cuatro décadas la demanda de arena a nivel global aumentará un 45%.
Como véis, las causas de la subida de los precios de la energía van mucho más allá de la situación con Rusia, y están íntimamente ligadas a la extracción de recursos. El presidente Biden anunciaba que estaba considerando liberar 180 millones de barriles de su Reserva Estratégica de Petróleo. Quizá esto alivie temporalmente el problema, pero las causas seguirán persistiendo mientras nadie haga nada al respecto.
Termino lanzando una reflexión; necesitamos un cambio urgente de nuestro modelo de producción, que no nos haga depender únicamente de los combustibles fósiles sino que entienda que los recursos naturales no son infinitos.
Nos va, literalmente, la vida en ello.
